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jueves, 27 de agosto de 2015

Los jardineros

Monet, Jardín en Giverny, 1900
Que los impresionistas amaban pintar jardines y flores, lo sabemos bien. Que Monet tenía su Giverny, su puente y sus nenúfares, también. Pero no era sólo Monet el que se dedicaba a cultivar flores…




Manet, La familia Monet en el jardín de Argenteuil, 1874
Los impresionistas son los primeros que pintan al aire libre. Esto en el pasado era imposible, pues había que fabricar los colores a partir de pigmentos en polvo. A partir de 1841 John Goffe Rand comienza a fabricar los óleos en tubos y ya no hay impedimento para clavar el caballete en medio de la naturaleza. ¿Y por qué no construir un micromundo a su gusto, el propio Jardín del Edén? El jardín del artista: un jardín en el que hay una mano humana, que está creando escenarios de manera consciente como futuros motivos para pintar. Para un pintor, el jardín propio es una extensión de su propia creatividad. Piensen, p.ej., en los jardines de Sorolla…. (De esta faceta de Sorolla hablaremos en otra oportunidad.) También hay una necesidad de escapar de la creciente industrialización de París, una vuelta a la Naturaleza (y en ese sentido, son deudores de los románticos y de las ideas de Rousseau).

Manet, Dos peonias y tijeras, 1864
Era el tiempo en el cual, debido a que Japón vuelve a comerciar con otros países después de muchos siglos, comienzan a llegar a Europa nuevas especies asiáticas de flores, tales como los crisantemos, los gladiolos, rododendros, agapantos, lirios, hortensias o prímulas. También se experimentan cruces de especies, como es el caso de las rosas. Se despierta una verdadera pasión por la horticultura en general: aparecen muchas revistas especializadas, como Flore des Serres et Jardins de l’Europe, de la que p.ej. Monet tenía todos los ejemplares; se ponen de moda los invernaderos para cultivar orquídeas. Se fundan sociedades de aficionados, como la Société Centrale d’Horticulture, de la cual era miembro Caillebotte. Manet se dedicaba a las peonias, Pissarro reivindicaba la huerta…


Caillebotte, Los jardineros, 1875
(Imagen: Wikipedia)

Para Monet y Caillebotte, esto era más que un hobby: compartían experiencias, visitaban juntos Exposiciones de Horticultura. Monet tuvo jardines en todas sus casas de Vétheuil, Argenteuil y Giverny. Caillebotte tenía el suyo en su finca de Petit Gennevilliers, a orillas del Sena, y en Yerres, cerca de París. Caillebotte era aficionado a las dalias, pero buscaba más la experimentación botánica que el paisajismo. Coloca las plantas en hileras; no termina el diseño de su jardín pues muere pocos años después.

Monet, Gladiolos, 1876
En cambio, Monet supervisó cada rincón, cada efecto, cada sombra y cada armonía de color. Distribuye las plantas según alturas y floración; pone árboles frutales, rosas trepadoras, glicinas que cuelgan, lirios, girasoles, jacintos, dalias, anémonas… Tuvo que rehacerlo 2 veces, pues fue devastado por inundaciones, y esto fue ocasión de buscar nuevos diseños para los senderos. Para su mantenimiento tenía 7 jardineros, pero él controlaba todo, aunque estuviera de viaje. En sus cartas, p.ej., le encarga a Vilmorin (empresa que aún hoy existe) semillas de flores, pero también de hortalizas. O vemos también la lista de fertilizantes que necesita: sulfato de hierro, superfosfato, sulfato de potasio…

Monet, El puente de los nenúfares,
1899
En 1893 compra un terreno adyacente para armar su estanque para los nenúfares. Lo consigue después de complicadas negociaciones con el prefecto: los vecinos se oponían porque decían que esas especies exóticas contaminarían las aguas. Y es así como pudo armar su famoso estanque con su puente, a la manera japonesa. Giverny era su mundo, un laboratorio de impresiones para pintar: en la ciudad se ponía huraño y de mal humor y dejó de ir a París. Recibía a todos allí y lo compartía con todos.







Caillebotte, Crisantemos
blancos y amarillos, 1893
Monet, Crisantemos, 1897
Caillebotte le compró a Monet su cuadro de crisantemos y le regala el suyo. Monet no volvió a pintarlos hasta mucho después de la muerte de su amigo, como muestra de respeto para aquel con quien había compartido su gran pasión: ser jardinero.




Fuentes: Monet, C. Los años de Giverny, Madrid, Turner, 2010
Todd, P. The impressionists at Home, London, Thames & Hudson, 2005

Willsdon, C.A. In the Gardens of Impressionism. London, Thames & Hudson, 2004

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